Bienvenidos!

En UCI, uno de los principios por los que trabajamos es la generación continua de conocimiento al servicio de todos los miembros que forman parte de la Red de líderes para el cambio. Por esto, se presenta frecuentemente, material de interés para nuestros miembros, que les permite estar al tanto de temas de actualidad y además reforzar su conocimiento, para ponerlo al servicio de sus organizaciones.

Los negocios no pueden concebirse actualmente de forma aislada. Lograrlos de manera adecuada es posible, si se trabaja con los elementos económicos que dan origen a la actividad que se realiza y además se hace uso de la tecnología, que trae consigo numerosas opciones que facilitan su gestión y permiten que se utilice información, que potencia las posibilidades de logro efectivo de los objetivos.

Toda esta interacción de factores es adecuada en la medida que se tenga claridad de la importancia de generar negocios y riqueza, con el uso de la tecnología de manera sostenible, que es nuestra filosofía y la razón que da vida a la facultad.

El primer tema que se presenta en este blog, se relaciona con los modelos de gestión para el desarrollo sostenible y brinda un acercamiento temático a un modelo teórico que invita al lector a realizar sus primeras reflexiones sobre la importancia de crecer en los negocios y generar riqueza en armonía con el medio ambiente.

Queda abierta entonces una nueva fuente para encontrar conocimiento y compartir experiencias para llevar abundancia y éxito a las organizaciones. Se invita a todos los miembros de la red de líderes para el cambio, a postear sus aportes y crecer en universidad.

viernes, 16 de marzo de 2012

Nuevo pasajero en el tren organizacional

Un tema conocido pero ignorado, que gana un lugar en las decisiones de las organizaciones.

Prof. Bernardo López González,
Universidad para la Cooperación Internacional

Para muchas empresas el tema del desarrollo sostenible es visto como sinónimo de esfuerzos para la protección o preservación del medio ambiente, hablando estrictamente de aspectos ecológicos o bien de reciclaje de las mermas que se generan en su actividad comercial. Es en parte medio ambiente y trata además otros asuntos clave. 

Como tema no es nuevo, pero ha sido el pasajero que viaja junto a nosotros y no lo determinamos hasta que nos maja un pie ¡

Los involucrados comprenden su utilidad finalmente y someramente cuando desean establecer relaciones comerciales con otras empresas o al revisar los términos de referencia de la contratación en la que desean participar, en donde encuentran que para poder participar en la venta, tienen que cumplir con una serie de requisitos tanto en su producto como en su forma de organización.

Usualmente las empresas que aplican estas restricciones, son convencidas del valor que traslada a la empresa el hecho de poseer una estrategia de desarrollo sostenible o de responsabilidad social empresarial. Esto se logra en parte desde la reputación, vista en este caso como la característica deseable que los posibles clientes buscan en la oferta de bienes y servicios que piensan adquirir. 

Por ejemplo, hay empresas que piden a sus proveedores la garantía de que no se contratan menores de edad, que están en orden con impuestos, manejan sus desechos de forma responsable, contratan en equidad, remuneran adecuadamente a su personal, tienen códigos de ética, no experimentan con animales, no usan publicidad engañosa, entre otras diferentes y necesarias posibilidades.

Así las cosas, es usual encontrar hoy en día a los gestores de mandos medios, enfrentando complicaciones que antes ni siquiera tenían en su mente. La reacción natural es pensar que son barreras de entrada sin sentido, sin embargo, en la búsqueda de riqueza, ninguna organización debería descartar un cliente de forma arbitraria y el paso lógico es valorar a profundidad qué es lo que realmente quiere la empresa a la que buscan venderle.

Lo anterior es una descripción sencilla del nuevo paradigma económico en acción, que provoca nuevas necesidades en los diferentes actores del sistema económico. Por ello es lógico pensar que en el continuo evolutivo de las organizaciones, el cambio más importante que se vive, es en la incorporación de nuevas normas, reglamentos, oportunidades de mercado, fórmulas de negocios u otras posibilidades relacionadas con el desarrollo sostenible.
Esto demanda entonces nuevas capacidades y recursos especializados preparados para idear, planificar, ejecutar, dar seguimiento y controlar todos los aspectos de una organización que pretende ofrecer o adquirir bienes y servicios bajo este nuevo paradigma económico.

De esta suerte no se extraen giros o actividades económicas exclusivas, sino que se observa la participación de los microempresarios y las grandes corporaciones, que definen según sus posibilidades, departamentos con encargados de asegurar la presencia elementos de desarrollo sostenible en todas sus actividades de organización, producción, comunicación y ventas.

El manejo del tema demanda entonces a un profesional claro de la forma en que realmente la empresa u organización cumple con la nueva forma de generar riqueza y hacer negocios. Debe ser dotado de competencias que le permitan comprender, que esto no se trata de una moda y que debe conducirse desde la estrategia de la organización, para obtener resultados que provean buena reputación, que no les coloquen como - oportunistas que realizan acciones aisladas para dar a entender lo que no son- a un público que cada vez está más informado y no se deja engañar.

Este profesional, debe ser visionario y ávido en conducir por medio de la tecnología, la consecución de los objetivos previamente definidos por los estrategas del negocio, entendido que existen mejores formas de hacer negocios y que el desarrollo sostenible se debe considerar siempre al disponer de recursos, trabajar con personas, ofrecer productos y servicios y en general administrar un negocio u organización.

Muchas de las empresas que carecen de visión o que están desactualizadas terminan corriendo a contratar consultores, auditores o asesores, lo cual es una muy buena posibilidad pero es oneroso y traslada a otros la responsabilidad, que debe ser vista como parte de la razón de ser de todo negocio actual y una actividad ordinaria de los gestores de la empresa.
Es claro que el perfil de este profesional está llamado a formar parte de la realidad sea pública o privada de un país y según sea la política nacional podrá enfrentar retos más o menos complejos.

¿En qué empresa trabajamos entonces? ¿Es una empresa clara del desarrollo sostenible?
Es una que sabe lo que hace y está convencida que debe hacerlo, es una que pone a otros a hacer lo que le corresponde, es una que no sabe en lo que está,
¿Este rol está limitado para los estrategas del negocio? ¿Tiene su país un respaldo a las acciones que quieras emprender desde tu contexto de trabajo y vida?

Espero que el tema sea de su interés.

jueves, 16 de febrero de 2012

Modelos de gestión para impulsar el desarrollo sostenible

Modelos de gestión para impulsar el desarrollo sostenible


Por Prof. Bernardo López González


Entre las grandes necesidades de una población creciente, la degradación del ambiente y de los recursos naturales hay un nexo, ya que para satisfacer las necesidades se requiere aumentar la capacidad productiva de los recursos y eso tiene límites.
Es un hecho comprobado, que a mayor presión de la población sobre su entorno, mayor degradación de recursos y en consecuencia menor posibilidad de satisfacer las necesidades básicas. Este círculo vicioso hace peligrar la capacidad del planeta para sostener la calidad de vida de los diferentes grupos humanos que lo habitan.
El desarrollo sostenible se ha propuesto como el mecanismo que puede evitar esta catástrofe, y permitir a las sociedades actuales y futuras mantener y/o elevar su calidad de vida, además de conservar y restaurar los recursos naturales.
Para lograrlo se requiere conciencia, sensibilidad, responsabilidad, cambio de actitudes y políticas ciudadanas, aspectos éticos, culturales y religiosos, así como patrones de consumo y estilos de vida (Enkerlin y otros, 1997, pág. 525).
La siguiente cita, presenta la transición necesaria para llevar las palabras a hechos: “(…) el verdadero reto para alcanzar el desarrollo sostenible es encontrar soluciones y fórmulas que domestiquen su carácter globalizador, esto es, lograr no sólo la conjunción y participación de todos los sectores de una sociedad determinada, sino el compromiso global de todos los grupos sociales que habitan nuestro planeta (…) (Enkerlin y otros, 1997, pág. 525).
Se puede conocer entonces, la importancia del desarrollo sostenible, los acuerdos y los objetivos, sin embargo esto no es suficiente, ya que corresponde llevar a la práctica lo planteado, y emprender acciones concretas para obtener resultados que beneficien a la economía de los países, a sus habitantes y a su medio ambiente de forma integral.
Por esto, se analizará en esta entrega un modelo de gestión, propuesto para alcanzar el desarrollo sostenible, a efectos de comprender cómo se plantea y en qué consiste. Es necesario aclarar que existen otros modelos o propuestas preparadas por estudiosos del tema.
Además, se busca determinar el aporte que este modelo puede dar, en caso de ser utilizado, para responder a las necesidades que definen la calidad de vida de los habitantes.
Un país en desarrollo es aquel que busca mejorar la calidad de vida de las personas; pero esto no es posible observarlo únicamente en función del crecimiento económico, ya que este es sólo uno de los medios para lograrlo. Si no hay crecimiento, ni mejora en la calidad de vida de las personas, se puede decir que no existe desarrollo (Gallopín, 2003, pág. 28).
Se habla entonces de una restricción, en tres aspectos vitales para mantener las condiciones de calidad de vida y satisfacción de las necesidades en un nivel, que implique igualdad, equidad y un ambiente protegido al mismo tiempo.
Definir un modelo de gestión involucra indicar cuáles son las principales decisiones que se deben tomar, cómo tomarlas y quién lo hace y cuándo se debe hacer.
Los modelos de gestión, permiten observar de diferentes formas el tratamiento de un mismo concepto y cómo con su utilización es posible definir la forma en que las autoridades de un país, pueden realizar acciones concretas en procura del desarrollo sostenible.
De igual forma, sirven para establecer prioridades, hacia las cuales alinear los objetivos prefijados en las reuniones Cumbre y dosificados por cada uno de los Gobiernos, según su realidad.
Quién y cuándo tomar las decisiones, no es posible determinarlo de forma concluyente en este trabajo, sin embargo, cada país define cómo llevar a la realidad los compromisos asumidos, ejecutando acciones de Estado, invitando a la sociedad civil y coadyuvando con las empresas.
En el libro, Ciencia ambiental y desarrollo sostenible (1997), se publican cuatro elementos considerados, como indispensables para lograr el desarrollo sostenible, útiles para orientar la toma de decisiones:
1.       Realizar investigaciones científicas para esclarecer las relaciones entre los hechos y sus causas.
2.       Asegurar que las decisiones políticas y económicas se basen en conocimientos científicos.
3.       Asegurar que el sistema legal e institucional, sean confiables.
4.       Promover que las decisiones de inversión se tomen a largo plazo.
Es claro que a estos elementos se puede sumar la participación de la sociedad civil con roles claros que definan la forma en que políticas de nivel gubernamental se insertan en el quehacer de los ciudadanos, las organizaciones y las empresas.
Modelo de Jacobs y Sadler
Considerado por Claude Villeneuve, en su libro Módulo de educación ambiental y desarrollo sostenible (1998), como un modelo que presenta una perspectiva medioambiental, los investigadores canadienses Peter Jacobs y Barry Sadler, publicaron en 1990, un modelo para el desarrollo sostenible, como un marco de análisis de los políticos y de las inversiones para el desarrollo.
Su propuesta es analizar el desarrollo sostenible como un conjunto de metas procedentes de sistemas de valores y de nociones de política. Estos sistemas se unen en una acción sinérgica, definiendo para cada elemento sus objetivos en toda su amplitud.
Esta forma de gestión basada en conjuntos explica que, como punto de partida, se debe sustituir el clásico modelo de desarrollo, por otro más amplio e integrado de análisis y elección.
El conjunto de elementos que facilita el desarrollo sostenible está integrado por tres subconjuntos compuestos por metas sociales, económicas y medioambientales, que justifican las acciones humanas en procura de lograr el cumplimiento de estos objetivos en el corto o mediano plazo (Villeneuve, 1998, pág. 115).
Las diferentes partes de la sociedad que intervienen, sea gobiernos, ministerios, industrias, o grupos medioambientales, actúan según sus mandatos o sus prioridades. Se puede constatar que se sitúan más o menos lejos de un objetivo de desarrollo sostenible, a medida que responden sólo a objetivos limitados en su respectivo campo de acción.
Para que se logre como resultado el desarrollo sostenible, es necesario que exista un compromiso hacia las prioridades, interactuando entre los elementos que componen los subconjuntos y dentro de cada uno. Es claro que exista una inercia lógica, que se incline a alguno de los componentes, sin embargo esto debe ser tratado con la disciplina de los valores, intereses y la gestión hacia donde se encaminan los objetivos (Villeneuve, 1998, pág. 115).
La prolongación de los sistemas naturales es la llave para la existencia del desarrollo sostenible y esto significa que es una restricción inevitable, dados los límites que poseen los recursos naturales y la capacidad de los ecosistemas, lo cual establece el margen de maniobra, en el que deben manejarse las intervenciones de los seres humanos.
Cuando se sobrepasa la capacidad para mantener los ecosistemas, se obtiene como resultado un desequilibrio e imposibilidad de mantener especies, capacidad de recuperación ecológica y de productividad de recursos.
Claro está, se requiere de conocimiento en las sociedades, para poder hacer una clara interpretación de los límites de su medio ambiente y de las potencialidades que posee para aprovechar las oportunidades que tiene.
Finalmente, en el modelo se considera que cualquier forma de proyecto debe implicar una pérdida neta y nula de los recursos naturales o una ausencia de daños causados al medio ambiente (Villeneuve, 1998, pág. 116).
Este modelo, aporta a los tomadores de decisiones una guía sobre cómo abordar los problemas, priorizando individualmente los asuntos sociales, económicos y medio ambientales y luego encausando a las metas grupales.
Además, subraya la necesidad de que exista conocimiento del entorno y los límites que les caracteriza, para que pueda promoverse el desarrollo sostenible.
¿Qué nos deja esta publicación?
-La satisfacción de las necesidades de los seres humanos no puede ser una premisa insaciable de los países, sin antes ver que hay límites en los recursos que existen para satisfacerlas.
- Por la falta de conciencia sobre la escasez de recursos, la calidad de vida de los habitantes del planeta no es un factor en equilibrio y cada vez son más grandes las brechas entre los que poseen los recursos ideales para vivir y los que viven con lo mínimo.
- Las metas sociales, económicas y medioambientales del planeta no puede verse de forma aislada y su integración es necesaria para así dar su adecuado análisis como metas de un conjunto y no de un sector o país.
- Sin compromiso de la sociedad como un todo, no es posible lograr la preservación de los ecosistemas que a su vez son necesarios para mantener la vida en el planeta, y recuperar los recursos que se consumen.
-El resultado de la ecuación que procura la satisfacción social y económica no debe considerar de forma absoluta  perdida o daño en el medio ambiente y esta no es la realidad del planeta.
Hay otras conclusiones adicionales que pueden presentarse de este enfoque y la riqueza del ejercicio vendrá en la medida que se comprenda que el Desarrollo Sostenible no es sólo una parábola conceptual sino un hecho al cual se le debe dar toda la atención y por el cual se debe actuar en todas las esferas del planeta.
Bibliografía,
Enkerlin, E. C., Cano, G., Garza, R. A. y Vogel, E. (1997). Ciencia ambiental y desarrollo sostenible (M. Á. Castellanos, Ed.) México, D.F.: International Thomson Editores.
Villeneuve, C. (1998). Módulo de educación ambiental y desarrollo sostenible. Madrid, España: Editorial los Libros de la Catarata.